La dirigente política opositora Violeta Granera cumple este 8 de enero, 7 meses de permanecer recluida en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) conocida como el Nuevo Chipote, en calidad de rehén política de la dictadura Ortega-Murillo, y desde la cárcel le pide a todos los nicaragüenses que oren para que en Nicaragua «no siga creciendo el odio entre hermanos”, al tiempo que sigue resistiendo el ensañamiento del régimen contra ella y todos los reos de conciencia.
Fue «secuestrada» por la Policía al servicio de la dictadura, el 8 de junio del año pasado, primeramente en su casa y luego trasladada al Chipote donde ha sido maltratada, ha bajado de peso más de 25 libras por la mala alimentación y por problemas de salud mal atendidos, según denuncian sus familiares.
Durante la más reciente visita que la dictadura autorizó para los presos políticos de la DAJ, entre el 31 de diciembre y primero de enero, la familia de Granera pudo constatar que sigue bajando de peso de forma preocupante, tiene manchas en el rostro, presumen que por la falta de sol, y tiene problemas críticos en su dentadura desde hace dos meses, que le impiden comer.
La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo se continúa enseñando contra los presos políticos pero, según afirman los hijos de Granera mediante un comunicado enviado a los medios de comunicación, «se mantienen firmes».
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“El 31 de diciembre durante la última visita (la cuarta desde que está detenida) pudimos ver a nuestra madre por espacio de 1 hora y media. Nuestra madre está resistiendo, firme y fuerte emocionalmente, aunque la quieren humillar ella no se ha dejado pisotear. La siguen interrogando todos los días”, denuncian los hijos de la activista política encarcelada.
Agregan que los carceleros continúan sin permitirle a ella y a todos los reos políticos, ningún material de lectura, ni siquiera una biblia, pese a que a diario la vicedictadora Rosario Murillo habla de Dios y asegura que su Gobierno es «Cristiano».
Además, como una forma de tortura, la mantienen con la luz encendida permanentemente y no la dejan hablar con nadie más.
«Pide las oraciones a todos para que no se siga acrecentando el odio entre los nicaragüenses, que oren por ella y por todos los presos políticos», dicen los hijos de Granera.
Los familiares de los presos políticos aseguraron que los carceleros al servicio de la dictadura continúan aplicando medidas «inhumanas» contra los opositores, al punto que varios de ellos siguen en aislamiento.
LUCHADORA POR LA DEMOCRACIA
Granera, que recientemente cumplió 70 años, se encuentra privada de su libertad desde el 8 de junio del 2021. Los familiares han afirmado que continúa firme en sus ideas de libertad y lucha por la democracia en el país. «Reza todos los días y le pide al pueblo de Nicaragua que no pierda la esperanza, porque pronto Nicaragua será libre».
Granera es una de las opositoras más visibles y activas contra la dictadura. Es dirigente de Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB).
El artículo 100 del Código Penal de Nicaragua establece que «cuando el (en este caso supuesto) delito fuere cometido por personas mayores de 70 años o valetudinarias, sin acusar ningún estado de peligrosidad, podrán ser detenidas en sus casas, previa audiencia del Ministerio Público y dictamen del médico forense”. Eso indica que la opositora, tras vumplir los 70 años, debió ser enviada a su caa, pero eso no ocurrió.
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Nacida el 5 de noviembre de 1951, Granera está entre las personas de mayor edad, encarceladas por la dictadura. Es socióloga de profesión, graduada de la Universidad de Niza en Francia, madre de cinco hijos y destacada luchadora por los derechos civiles de los nicaragüenses.
Aquella noche del 8 de junio del 2021, unos 35 efectivos de la Policía Orteguista ejecutaron un operativo de allanamiento a la casa de la dirigente política, sin orden judicial, la golpearon en el rostro y la esposaron. Luego la mantuvieron retenida en su propia casa, sin poder salir de su habitación, totalmente incomunicada por tres días. El 11 de junio fue trasladada a las celdas de El Nuevo Chipote.
CORTE IDH ORDENÓ SU LIBERTAD
El 24 de junio del año pasado, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte-IDH) emitió una resolución en la que ordenó al Estado de Nicaragua la liberación de cuatro presos políticos entre los que se encuentra Granera. El régimen ha ignorado esa y todas las resoluciones del órgano de justicia regional.
Granera es acusada por la dictadura de supuestamente «realizar actos que menoscaban la soberanía e independencia de Nicaragua», de conformidad con la Ley 1055. La están procesando por supuesta traición a la patria.
VIDA DIFÍCIL
Doña Violeta Granera, como le dicen sus cercanos, ha tenido una vida activa en favor de la democracia. Ha sido una activista pacífica, según la han descrito los que la conocen. Su padre, Ramiro Granera, fue senador en la década de 1970 durante la dinastía Somocista, y fue asesinado en 1978 por los sandinistas, los mismos que ahora la tienen encarcelada a ella.
Ha sido una férrea defensora de la democracia y de los derechos humanos en el país.Entre 1995 y 2002 fue directora ejecutiva del Grupo FUDEMOS, y formó parte del Banco Mundial para Nicaragua y Honduras.
En las elecciones presidenciales 2016, fue candidata a la vicepresidencia por el Partido Liberal Independiente (PLI) haciendo fórmula con Luis Callejas, sin embargo, el Consejo Supremo Electoral (CSE) la sacó del juego mediante artimañas.
A inicios de las protestas sociales de abril de 2018, Granera Padilla se involucró en la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) representando al Frente Amplio de la Democracia (FAD). Además es fundadora de la Coalición Nacional. Su activa participación le valió estar ahora en la cárcel como presa política de la dictadura Ortega-Murillo.