Las vacunas Abdalá y Soberana de origen cubano, en las que el gobierno de Daniel Ortega invirtió millones de córdobas para su adquisición, tienen una mínima aceptación de la población en el departamento de Jinotega. Padres de familia desconfían de su efectividad. Además, médicos independientes lo consideran más una estrategia de propaganda, que una solución a la crisis sanitaria.
La administración sandinista había anunciado que recibiría siete millones de dosis de las vacunas cubanas que hasta ahora no cuentan con la aprobación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estas estarían llegando entre octubre y diciembre de este año, según dio a conocer Rosario Murillo. De acuerdo con el Plan de Vacunación del Ministerio de Salud (Minsa) las fórmulas cubanas serán aplicadas de forma voluntaria a niños desde los 2 años y a jóvenes de 18.
La vacunación arrancó la última semana de octubre en Jinotega. Para eso se han habilitado los centros de salud de las cabeceras municipales y algunas comunidades como Pueblo Nuevo y Mancotal.
La jornada se desarrolló sin mayores incidentes, pero con notable proselitismo político, globos, banderas rojas y negras, música prodanielista.
Un padre de familia del municipio de Santa María de Pantasma Jinotega que omitió su nombre manifestó: “jamás vacunaré a mi hijo pues esas vacunas no sirven” – en alusión a las vacunas Abdala y Soberana, – “solamente lo llevaría después de hacer una consulta con un pediatra privado”.
Desde el exilio médico hace denuncia
A criterio de un médico independiente (exiliado en los Estados Unidos, por haber criticado el mal manejo de la pandemia del Covid-19) “esto es parte de una estrategia del gobierno, porque estamos en tiempos de elecciones y es una manera de hacerse propaganda, aunque la OMS no ha autorizado el uso de esta vacuna y solo se tiene la información que da el mismo gobierno cubano”, asegura el galeno.
También, afirmó que estas vacunas “están en un periodo experimental y que esto en ningún momento se les explica a los padres de familia», y se sumó a las denuncias de la Asociación de Médicos Nicaragüenses en el Exilio (AMEN).
En la jornada de vacunación, las filas para vacunar a la población de 2 a 18 años fueron mínimas, por lo que el MINSA ha recurrido a campañas con megáfonos, para tratar de convencer a los padres de llevar a sus hijos a los puestos de salud. Pero la población ha demostrado su rechazo.
Aún en proceso de aprobación
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) dijo que está asistiendo a Cuba en el trámite para obtener luz verde de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para sus vacunas anti covid, lo cual impulsaría su comercialización.
«Estamos apoyando a Cuba para que participe en el proceso de precalificación de la OMS», señaló en rueda de prensa Jarbas Barbosa, subdirector de la OPS, oficina de las Américas de la OMS.
Barbosa explicó que solo los inmunizantes con aval de la OMS pueden ser adquiridos por el fondo rotatorio de la OPS, que ofrece vacunas consideradas eficaces y seguras a precios asequibles a todos los países miembros.
El gobierno de Cuba aún no ha recibido el aval de la OMS para el uso de la vacuna contra el COVID-19 bajo su fabricación y por lo tanto no se puede comprar a través del Fondo Rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud, dijo el doctor Jarbas.
