El sacerdote Allan Alfonso Paisano, párroco de la iglesia Santiago Apóstol, de Boaco, asegura que dentro del clero existe temor de ser criminalizados por causa del papel apostólico y religioso que realizan como parte de la iglesia católica nicaragüense.
“Personalmente hablar de temor creo que es válido, yo no estoy de acuerdo en negar un sentimiento y el miedo existe, a mi me da miedo que me hagan algo, claro porque no voy a decir que no tengo miedo. Pienso que el temor existe, obvio, el temor existe”, reflexiona el líder religioso, quien ha ocupado cargos en dos parroquias del departamento.
“Tengo miedo que me fabriquen un delito, tengo miedo que me criminalicen”, insistió el sacerdote.
El padre Paisano recuerda que el mismo Jesús sintió temor, pero la misión pastoral permite sobreponerse a ese sentimiento. “La misión de nosotros nos lleva a vencer el temor y nuestro referente que es Jesús, en el evangelio dice claramente: ahora que tengo miedo voy a decir Padre aparta de mí este cáliz… Él dijo ahora que tengo miedo”, sostiene el sacerdote para explicar que el miedo es un sentimiento natural y comprensible.
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Las declaraciones del sacerdote se dan en medio de la ofensiva que ha desatado el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en contra de la Iglesias Católica que ha amenazado incluso con enjuiciar y confiscar a sacerdotes acusándoles de haber participado en las protestas sociales iniciadas en el 2018 y que la dictadura califica de «intento de golpe de Estado».
«SE TRATA DE UNA PERSECUCÓN A LA IGLESIA»
El acoso sufrido por varios líderes religiosos ha generado preocupación en otros pastores de la iglesia católica. “He visto desde hace un tiempo para acá esta parte hostil del hostigamiento hacia la iglesia que se ha convertido en una persecución, actualmente podemos hablar de una persecución de la iglesia católica bajo diferentes modalidades”, advierte el padre Paisano.

El líder religioso está consciente de la realidad que vive la iglesia católica en este contexto. “Nosotros tenemos el conocimiento, por ejemplo, del monitoreo constante de las Eucaristías, para ver las homilías, los programas de evangelización, el asedio de nuestros grupos parroquiales, el acoso hacia las reuniones que tenemos como iglesia y además, a nivel institucional, la eliminación de personerías jurídicas, también las trabas que se ponen a las diferentes instituciones eclesiásticas y pues la iglesia ha pasado a ser de esta forma acosada, perseguida, maltratada, pues nosotros sabemos que esto no es una cosa exclusiva de la iglesia, sino más bien, algo generalizado para todo lo que el gobierno de nuestro país pueda calificarlo como opuesto, aunque no lo seamos” enfatiza el párroco de la iglesia de Boaco.
LA PRÉDICA ES LIBRE PERO INSPIRADA EN EL EVANGELIO
El padre Paisano, quien hace varios años estuvo a cargo de la parroquia San Francisco de Asís en Camoapa, aclara que ellos no reciben ninguna orientación con relación al contenido de las prédicas, indicando que se trata de una inspiración consciente a partir del evangelio.
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“No nos han dado a nosotros un lineamiento de decir vamos a hacer esto o no vamos a hacer esto, las líneas de la iglesia son sencillas, es nuestro deber como sacerdote, nuestra fidelidad al Evangelio y de allí cada quien lo puede iluminar desde su perspectiva y desde su conciencia, a nosotros no nos dicen que predicar”, explica el párroco.
SOLIDARIDAS CON EL CLERO NICARAGÜENSE
Este contexto que se vive en el país ha generado reacciones de otras conferencias episcopales de Centroamérica, que se solidarizan con los pastores de la iglesia católica nicaragüense.
“Elevamos hoy la voz para manifestar nuestra solidaridad con los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos de Nicaragua; nos preocupa sobre todo la seguridad de los pastores, monseñor Rolando José Álvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí y del presbítero Harving Padilla, párroco de la Iglesia de San Juan Bautista, en la ciudad de Masaya”, señala el pronunciamiento de la Conferencia Episcopal de El Salvador, publicado el pasado cinco de junio y firmado por nueve obispos de esa jurisdicción católica.
En el más reciente comunicado de la Conferencia Episcopal de Nicaragua se expresa la solidaridad con monseñor Rolando Álvarez, producto de las denuncias de acoso y persecución hechas por el líder religioso. No obstante a ese comunicado, los obispos de Nicaragua todavía no se pronuncian sobre más denuncias realizadas por otros sacerdotes del país.