El gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha desatado el pánico en la comunidad inmigrante con su política de tolerancia cero hacia los indocumentados. Recientemente, firmó una ley migratoria que permite la deportación de inmigrantes indocumentados a estados gobernados por demócratas, lo que ha generado una ola de críticas a nivel nacional. Pero más allá de la controversia por esta medida, lo cierto es que los inmigrantes de Florida están temblando ante la posibilidad de ser deportados.
La nueva política migratoria le da al gobierno de Florida la facultad de trasladar a extranjeros indocumentados que han sido procesados por el gobierno federal y que se encuentran de manera irregular en cualquier ciudad de Estados Unidos. Esto significa que los inmigrantes no tienen que estar en Florida para que puedan ser deportados. Además, DeSantis ha propuesto sanciones severas para el tráfico de personas, lo que ha generado aún más miedo en la comunidad inmigrante.
El gobernador republicano ha sido muy crítico con la manera en que el presidente demócrata, Joe Biden, ha manejado la crisis migratoria y la seguridad de las fronteras, y considera que la migración ilegal es una amenaza para su estado. Según su plan, se invalidarán todas las licencias de otros estados para extranjeros no autorizados, se impedirá que los inmigrantes no autorizados sean admitidos para ejercer la abogacía, se exigirá a aquellos que se registren para votar que declaren previamente que son residentes legales en Florida y ciudadanos de Estados Unidos, entre otras medidas.
Pero lo que más preocupa a la comunidad inmigrante son las sanciones severas propuestas por DeSantis para aquellos que se lucran por transportar a personas indocumentadas a través de la frontera. El tráfico de personas será considerado como un delito grave de tercer grado y acarreará una pena de prisión de hasta cinco años, una multa de 5000 dólares y cinco años de libertad condicional. En caso de que el inmigrante indocumentado sea menor de 18 años, se considerará un delito grave de segundo grado y se castigará con hasta 15 años de prisión y una multa de hasta 10.000 dólares.
En resumen, la política migratoria de Ron DeSantis ha generado terror en la comunidad inmigrante de Florida, que teme ser deportada o castigada severamente por el simple hecho de ser indocumentada. Los inmigrantes están preocupados por su seguridad y su futuro en un estado que parece estar cada vez más en contra de ellos.
