El régimen de Daniel Ortega ha mostrado imágenes del obispo Rolando Álvarez, quien se encuentra encarcelado en el Sistema Penitenciario Nacional Jorge Navarro de Tipitapa. En las fotos se puede ver a Monseñor Álvarez en una reunión familiar con sus hermanos, Vilma y Manuel Antonio Alvarez Lagos, aparentemente en buen ánimo pero visiblemente delgado. Estas son las primeras fotos públicas que se han publicado desde que el obispo fue llevado a audiencia en enero de este año, tras su detención en agosto del año pasado.
Las imágenes fueron publicadas justo cuando empezaba una campaña en las redes sociales para exigir una prueba de vida del religioso, quien se negó a abordar el avión que llevó a desterrados a 222 presos políticos estadounidenses, lo que provocó un ataque del régimen de Ortega hacia el obispo el 9 de febrero pasado.
La condena del régimen orteguista a Monseñor Álvarez ha sido de 26 años de prisión, además de ser despojado de su nacionalidad nicaragüense. La sentencia fue leída por el magistrado orteguista Octavio Ernesto Rothschuh. El obispo fue condenado por «ser autor de los delitos de menoscabo a la integridad nacional, propagación de noticias falsas a través de las tecnologías de la información y la comunicación, obstrucción de las funciones, agravada desobediencia o desacato a la autoridad».
Inicialmente, el obispo fue sometido a un régimen de detención domiciliaria, pero tras negarse a abandonar el país, fue enviado a una celda de máxima seguridad en la cárcel de La Modelo.
El pasado 14 de marzo, monseñor Silvio José Báez, quien también ha sido obligado a exiliarse por la dictadura de Ortega, expresó su preocupación por el estado y la situación del obispo Rolando Álvarez y pidió a la comunidad internacional que presione al régimen para exigir su liberación.
La publicación de estas imágenes ha sido recibida con cierta sorpresa por parte de algunos sectores, que han criticado el uso político que el régimen ha hecho de la visita de los hermanos Álvarez. Mientras tanto, la preocupación por la situación de los presos políticos y los ataques del régimen de Ortega contra los líderes religiosos continúa creciendo.