El presidente ruso, Vladímir Putin, viajó a Crimea el sábado para conmemorar el noveno aniversario de la anexión de la península ucraniana bañada por el Mar Negro, un día después de que la Corte Penal Internacional emitiera una orden de detención contra el mandatario ruso, al que acusa de crímenes de guerra.
Durante su visita, Putin visitó una escuela de arte y un centro infantil que son parte de un proyecto para desarrollar un parque histórico en el sitio de una antigua colonia griega, según informaron las agencias de noticias estatales rusas.
La CPI anunció el viernes que acusó a Putin específicamente debido a su presunta implicación en el secuestro de niños en Ucrania durante la invasión a gran escala de tropas rusas al país vecino y que comenzó hace casi 13 meses. Putin fue acusado junto a la comisionada rusa para los derechos de la infancia, Maria Alekseyevna Lvova-Belova.
Rusia se anexionó Crimea en 2014, un movimiento que la mayor parte del mundo denunció como ilegal. El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, ha exigido que Rusia se retire de la península ucraniana, así como de las áreas que ha ocupado desde el año pasado.
Putin no ha mostrado intención de renunciar a los avances obtenidos por el Kremlin. En cambio, el presidente ruso enfatizó el viernes la importancia de mantener Crimea en manos rusas.
“Obviamente, los problemas de seguridad tienen la máxima prioridad para Crimea y Sebastópol ahora”, dijo, refiriéndose a la ciudad más grande de Crimea. “Haremos todo lo necesario para defendernos de toda amenaza”.
La orden de arresto es la primera vez que el tribunal mundial con sede en La Haya emite una orden contra uno de los líderes de uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Moscú rechazó la medida de inmediato, mientras que Ucrania la catalogó como un gran avance. Sin embargo, sus implicaciones prácticas podrían ser limitadas dado que las posibilidades de que Putin enfrente un juicio en la CPI son extremadamente improbables. El Kremlin no reconoce la jurisdicción del tribunal ni extradita a sus ciudadanos.
El presidente ruso promulgó el sábado una ley que impone fuertes multas por desacreditar o difundir información engañosa sobre voluntarios o mercenarios que luchan en Ucrania. La ley exige multas de 50.000 rublos (660 dólares) a las personas por la primera infracción y hasta 15 años de prisión por infracciones repetidas.
La medida refleja una aprobada en los primeros días de la guerra que se aplicaba a hablar negativamente sobre los soldados o el ejército ruso en general.
Los combatientes del Grupo Wagner, una compañía militar rusa privada conocida por sus tácticas feroces, han asumido papeles clave en Ucrania, particularmente en la agresiva campaña de Rusia para apoderarse de la ciudad de Bájmut, en la provincia oriental de Donetsk.

En Ucrania, la situación sigue siendo tensa debido al conflicto con Rusia y la anexión de Crimea en 2014. A pesar de los esfuerzos diplomáticos y las sanciones impuestas por la comunidad internacional, la situación no parece mejorar y la tensión sigue en aumento.