El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha hecho un llamado a la atención sobre la creciente amenaza de organizaciones ilícitas en el país, las cuales son más poderosas que las de hace 50 años. En su discurso, durante un encuentro de organizaciones campesinas y étnicas de territorios con presencia de coca en el litoral Pacífico y Piedemonte Costero para la ‘paz total’, el mandatario aseguró que estas organizaciones no son simples grupos de pistoleros populares en las grandes ciudades del país, como se les llamaba a los carteles de antaño, sino verdaderos ejércitos privados del narcotráfico.
Además, el presidente hizo hincapié en que estas organizaciones son internacionales y están conformadas por verdaderas multinacionales que saben cómo manejar los circuitos financieros de la globalización económica. Según Petro, estas mafias recorren todas las nacionalidades del planeta, dejando de lado la nacionalidad colombiana.
En este sentido, Petro destacó que la mayoría de los conflictos relacionados con la economía ilícita han cobrado la vida de un millón de latinoamericanos, la mayoría de ellos colombianos y colombianas humildes, quienes caen bajo las balas homicidas en guerras invisibles pero profundas que han convertido al continente en el más violento del mundo.
En su discurso, el presidente abordó también temas como la sustitución de cultivos de hoja de coca en el país, y la política de guerra contra las drogas. Petro hizo hincapié en que el problema no radica en sustituir una mata por otra, sino en la economía detrás del mercado de la cocaína, la cual está en directa proporción con la ilicitud que las leyes de otros países y las de Colombia le ponen a este tipo de productos.
Finalmente, Petro hizo un llamado a todos los presidentes de América Latina para evaluar el impacto de lo que se ha llamado desde hace 50 años la política de guerra contra las drogas que nació en el gobierno de Nixon, en Estados Unidos, y se irradió al conjunto del continente. Según el mandatario, el balance en números es desastroso, siendo una hecatombe.