El gobierno de Nicaragua ha tomado la controvertida decisión de prohibir las procesiones religiosas de Semana Santa, lo que ha generado una gran indignación en la comunidad católica del país. La medida ha afectado a todas las parroquias del país, y ha impedido la salida de la imagen de Jesús Nazareno de la iglesia El Calvario en Nandaime, en el departamento de Granada.
Las autoridades han justificado la prohibición por razones de seguridad, aunque según informes de varias iglesias, la presencia policial ha sido utilizada para impedir las procesiones religiosas, lo que ha generado protestas y manifestaciones por parte de los fieles católicos.
Esta prohibición se suma a una creciente persecución religiosa en Nicaragua desde 2018, cuando el gobierno de Ortega comenzó a reprimir a líderes religiosos y a confiscar propiedades de la iglesia católica. Además, se han detenido a manifestantes pacíficos y se ha limitado la libertad de prensa y de expresión.
Ante esta situación, la comunidad internacional y diversas organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación y han instado al gobierno de Nicaragua a respetar la libertad religiosa y los derechos humanos de su pueblo. ¿Será esta medida una nueva muestra de la persecución religiosa en aumento en Nicaragua?
