A partir del 1 de julio de 2023, entrará en vigor una nueva ley estatal en Florida que prohíbe a los ciudadanos de China, Cuba, Irán, Corea del Norte, Rusia y Venezuela, que no sean residentes permanentes de Estados Unidos o titulares de visas de inmigrante, comprar tierras agrícolas en el estado. La ley también les prohíbe adquirir cualquier propiedad dentro de un radio de 16 kilómetros de bases militares o infraestructuras críticas como puertos, aeropuertos y puentes.
La medida ha sido aclamada como un paso valiente por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, en la lucha contra el comunismo. En una ceremonia en la que firmó el proyecto de ley, DeSantis dijo: «No queremos al Partido Comunista Chino en el Estado del Sol. Han establecido un poder económico y militar mucho mayor hoy que hace 20 o 25 años. Y quieren expandir su poder en todo el mundo».
El gobernador cree que los regímenes en estos países representan una amenaza para los valores estadounidenses, y por lo tanto quiere evitar que los ciudadanos de estos países tengan control sobre tierras y propiedades críticas en Florida. Sin embargo, la ley no afecta a las personas nacidas en estos países que son residentes permanentes de Estados Unidos.
Además de las restricciones a la compra de tierras, DeSantis firmó otra ley que prohíbe a las universidades estatales y a sus empleados aceptar regalos de instituciones educativas de los mismos países de la lista o celebrar acuerdos de programas con ellas. El gobernador también amplió un decreto de septiembre de 2022 que creó una lista de redes sociales que venden datos a los regímenes de estos países, prohibiendo el acceso a estas redes desde conexiones de Internet propiedad del estado.
Esta medida se ha visto como una continuación de los esfuerzos del gobernador DeSantis para contrarrestar la influencia de China y otros países en Florida, especialmente en la antesala de las elecciones presidenciales de 2024. Los críticos argumentan que la ley es discriminatoria y podría llevar a tensiones con estos países, pero los partidarios creen que es necesario proteger los valores e intereses estadounidenses.