El decomiso de 1,28 millones de dólares en Nicaragua ha puesto de nuevo en el foco de la actualidad el debate sobre el narcotráfico en el país. Según la Policía Nacional, el dinero incautado estaba vinculado a esta actividad ilícita, aunque por el momento no se han producido detenciones de los sospechosos que lo transportaban en un camión.
La operación se llevó a cabo en el municipio de El Castillo, departamento de Río San Juan, fronterizo con Costa Rica. Agentes policiales dieron el alto al camión, que iba seguido de dos camionetas y una motocicleta, pero los sospechosos huyeron dejando abandonado el vehículo. Tras inspeccionar el camión, se encontraron 48 paquetes envueltos en cinta adhesiva que contenían un total de 1.283.760 dólares.
Este decomiso, considerado por la Policía Nacional como un «contundente golpe al crimen organizado y narcotráfico internacional», se suma a los realizados en los últimos cinco años en Nicaragua, que según una investigación periodística del portal Divergentes, ascienden a un total de 59,3 millones de dólares. Sin embargo, este informe también señala que la cantidad de droga incautada en el país es «ínfima» en comparación con el resto de países de Centroamérica, y que no se ha producido ninguna detención de «capos» del narcotráfico.
En 2021, según datos de la región, Nicaragua incautó solo 4,5 toneladas de droga, mientras que países como Panamá y Costa Rica lideraron la lista con 128,7 y 70,8 toneladas, respectivamente. Las autoridades nicaragüenses defienden su estrategia denominada «Muro de Contención», que busca evitar la circulación de droga o dinero relacionado con el narcotráfico en los núcleos poblacionales del país.
Para ello, mantienen estrechas relaciones de cooperación con países de la región como Estados Unidos, México y Rusia. Nicaragua se encuentra en un corredor de alto tráfico de drogas, que se produce en Suramérica y se traslada a Norteamérica.
Este decomiso de 1,28 millones de dólares refleja la complejidad y la magnitud del problema del narcotráfico en Nicaragua y en la región centroamericana. Se necesitan medidas efectivas y coordinadas entre los países para combatir este flagelo que afecta a la seguridad ciudadana y a la estabilidad política y económica de la región.