La ciudad de Moscú se encuentra en un estado de máxima seguridad y militarización debido a los temores de un posible golpe de Estado contra el presidente Vladimir Putin. La situación se ha intensificado después de que los generales rusos acusaran a Yevgeny Prigozhin, líder del grupo de mercenarios Wagner, de estar detrás de este intento de subversión.
Aunque no se han reportado enfrentamientos en las calles, se han observado tanques y tropas en varias ciudades, incluida la capital. Los videos difundidos en las redes sociales muestran un despliegue de vehículos blindados y fuerzas de la Guardia Nacional en Moscú y en la ciudad sureña de Rostov del Don, cerca de la frontera con Ucrania, donde los combatientes de Prigozhin estaban estacionados.
El general Vladimir Alekseyev, subjefe de la agencia de inteligencia militar de Rusia, calificó estos acontecimientos como “un golpe de Estado” y pidió a los combatientes de Prigozhin que abandonen cualquier intento de rebelión. Mientras tanto, el Ministerio de Defensa ruso ha negado las acusaciones de Prigozhin de que sus fuerzas han sido atacadas, calificándolas como una “provocación informativa”.
El grupo Wagner, encabezado por Prigozhin, ha sido clave en el esfuerzo de guerra ruso en Ucrania, pero recientemente ha expresado su descontento con la corrupción y la falta de atención de los altos mandos rusos hacia la situación en el frente. Prigozhin ha acusado abiertamente al Ejército ruso de destruir a sus combatientes y ha instado a represalias contra el Ministerio de Defensa.
La tensión aumentó cuando el fiscal general de Rusia anunció una investigación contra Prigozhin por sospecha de organizar una rebelión armada. Se enfrenta a una posible condena de hasta 20 años de prisión si es procesado. Prigozhin, por su parte, ha cruzado la frontera rusa con su ejército privado y ha entrado en la ciudad de Rostov, en el sur del país, amenazando con enfrentarse al Ejército ruso y destruir a cualquiera que se interponga en su camino.
La comunidad internacional también sigue de cerca estos acontecimientos. Adam Hodge, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, ha afirmado que la Casa Blanca está monitoreando la situación y consultará con sus aliados y socios sobre su evolución. Mientras tanto, el Kremlin ha informado que el presidente Putin ha sido informado de la situación y se están tomando las medidas correspondientes.
La incertidumbre en Moscú persiste mientras el país se enfrenta a esta potencial amenaza interna. A medida que se desarrolla la situación, tanto los ciudadanos rusos como la comunidad internacional esperan ansiosos por obtener más información y una resolución pacífica a esta crisis política en curso.