Por Emiliano Chamorro Mendieta
El 10 de abril del 2019, a unos días de conmemorar el primer aniversario de la insurrección cívica en contra del régimen orteguista, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) anunció que monseñor Silvio Báez sería trasladado a Roma por llamamiento del santo padre, el Papa Francisco.
Este miércoles 28 de abril, desde el exilio forzado celebra sus 63 años de edad, alejado de su patria. Masaya fue el pueblo que lo vio nacer en 1958. Al pasar 27 años, en 1985, fue ordenado sacerdote en Alajuela, Costa Rica, y fue hasta en 2009 nombrado Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua por el Papa Benedicto XVI.
En ese año (2009), el obispo regresó de Roma, donde pasó 20 años estudiando. Es el religioso más preparado de la (CEN): doctor de las Sagradas Escrituras y exégeta (Teología Bíblica). Esta es una especialidad que consiste en descubrir lo que significó originalmente el texto bíblico para las primeras personas a las que iba dirigido y presentarlo y explicarlo con el lenguaje y los problemas de la actualidad.
Báez domina el italiano como el español, habla inglés y francés y lee el alemán. Aunque para ser exégeta tuvo que aprender otros cuatro idiomas, antiguos y de los cuales tres ya no se hablan: arameo, hebreo antiguo, griego antiguo y una lengua oriental de la cual solo queda la forma escrita, pero se perdió la pronunciación: el ugarítico.
El obispo del pueblo
Monseñor Silvio es para muchos el obispo nicaragüense más crítico del régimen de Daniel Ortega. Un religioso cuya sotana fue manchada de sangre tras ser herido en su brazo derecho por simpatizantes del gobierno de Nicaragua en las protestas del 2018.

Pese a ser un jerarca católico los fanáticos del gobierno en turno lo consideran enemigo. “Le han gritado ¡Asesino! ¡Cura golpista! y hasta ¡Criminal!”, por exigir el cese a la violencia en contra del pueblo nicaragüense.
Algunos asocian estas acciones como el detonante para que el Papa Francisco se lo llevara.
“Yo no he pedido salir de Nicaragua, quiero dejar claro que mi corazón ha estado siempre en mi patria, en medio de mi pueblo y mi corazón seguirá aquí”, manifestó el Obispo Auxiliar de Managua cuando tuvo que irse del país.
Sin embargo, luego de llegar a la ciudad del vaticano vivir en ese lugar al menos un año, se trasladó a Miami, Florida en Estados Unidos con permiso del santo padre, donde reside actualmente, y domingo a domingo celebra actividades eucarísticas. En cada homilía el religioso pone de manifiesto la situación sociopolítica de Nicaragua y denuncia los abusos del orteguismo.

“Plan para asesinarme”
En la conferencia cuando se anunció su salida del país, el obispo reveló que recibió información de que “había un plan para asesinarlo” .Además desveló el constante asedio al que continuaba siendo sometido, que abarcó inclusive la presencia de drones en el apartamento donde residía.
El plan para asesinarlo se lo hizo saber la sección política de la Embajada de Estados Unidos en Managua, en una llamada pasada las 11:00 de la noche, cuando ya se encontraba en la cama.
“Recibí una llamada del departamento de Política de la Embajada de Estados Unidos para decirme que tenían plena certeza que había un plan para asesinarme, que tuviera cuidado porque iba a ocurrir en los próximos días. Incluso me dijeron dónde podía ser, cómo podían estar vestidos y que iban a ejecutar tal acción y que tomara mis precauciones”, aseguró.
“La Embajada me lo comunicó a un nivel de alta certeza de la seguridad americana. Yo se lo comuniqué al cardenal (Leopoldo Brenes) y a la Conferencia Episcopal”, añadió monseñor Báez, siendo estás sus ultimas palabras en suelo centroamericano.