«Están los que no simpatizan con el sandinismo, están los que no simpatizan con la oposición, y están los que les gusta «el sandinismo sin Ortega que para mi es una posición muy absurda», expresó Manuel Díaz, especialista en seguridad digital.
Emiliano Chamorro Mendieta
A raíz de los acontecimientos de abril 2018 en Nicaragua, cuando el régimen de Daniel Ortega ordenó una represión continua y se desataban claras violaciones a derechos humanos, los ciudadanos iniciaron protestas virtuales. Las personas pasaron de las calles, a las plataformas.
Muchos empezaron a crear usuarios tanto en Facebook, Instagram y Twitter. En sus inicios fue «una revolución», porque opinaban, criticaban y denunciaban, pero hoy día solo impera la descalificación, discriminación y críticas poco constructivas. Estos podrían llamarse «troles cibernéticos».
Se presume que el régimen de Ortega tiene un departamento de ataque Cibernético. Es entendible su creación en modo defensa por la constante demanda de la población que quiere su salida. Lo que asombra es, que en la sociedad civil y la oposición, las redes son un arma de ataque «para los cercanos». Es decir, el régimen con sus llamados «troles cibernéticos» ataca a sus adversarios, pero la oposición se ataca entre si.
Esto a juicio de un experto abona a la desunión o división, la cual no se ha logrado, estando ya a un mes de que se venza el plazo establecido para la realización de las necesitadas reformas electorales.
Manuel Díaz, especialista en seguridad digital considera que «la revolución» se enfrío, y lo que actualmente existe son «bandos declarados en contra de personas».
«Lo que hay son especies de tribus donde, lo que los une es que están en contra de alguien especifico. Son grupitos bien activos», declaró.
«Están los que no simpatizan con el sandinismo, están los que no simpatizan con la oposición, y están los que les gusta «el sandinismo sin Ortega que para mi es una posición muy absurda», expresó Díaz.

Aislamiento de redes
La batalla en redes sociales provoca que las personas sensatas que no tienen tiempo ni interés en estar desgastándose, se alejen de las redes sociales públicas y concentrarse en su cuentas de redes más cercanas, como WhatsApp.
Los llamados «troles cibernéticos», sean éstos orteguistas o de la oposición también desenfundan su furia contra los periodistas independientes a quienes los acusan de ser parcializados a opciones políticas que no sean de su agrado.
«Los troles cibernéticos por su naturaleza son perfiles que se construyen en las redes precisamente para desprestigiar a unos y exaltar a otros; pero ojo, este tipo de perfiles no solamente vienen del orteguismo y de la oposición; pues hay troles que vienen de la iglesia y del sector empresarial y cada uno tiene una agenda que desarrollar como troleros; para eso están en las redes», asegura un periodista que prefiere el anonimato por su seguridad.