En días pasados el actual Gobernante de Nicaragua Daniel Ortega Saavedra anuncio la supresión de un impuesto extraordinario a los productos procedentes de Colombia, que se origino en las demandas territoriales que ya la Corte Internacional de Justicia soluciono con una sentencia a nuestro favor en el 2012 y que nos sitúan en frontera con Colombia a través de nuestro mar territorial en el Caribe y plataforma continental, con la islas Colombianas, de San Andres, Providencia, Serrano y Serranias.
Este hecho jurídico y político, tiene repercusiones económicas, pues cumple con la condición puesta por los Colombianos de no negociar con Nicaragua hasta que no se diera la supresión de ese impuesto llamado Patriótico, que encarece esos productos hasta en un 35% mas de su precio normal al mercado Nicaragüense y representa un acto comercialmente inamistoso hacia la Industria Colombiana.
Hoy Colombia es una democracia reconocida y aceptada ,una economía pujante, con el mejor ejercito de tierra y aire de América Latina, que perdió su juicio contra Nicaragua en La Haya, pero que esta sumamente interesado por estrategia nacional en mantener con sus vecinos del Caribe y en particular con los fronterizos la mejor relación a todos los niveles, a fin de ir creando una nación mas fuerte, segura y en rápido desarrollo en el norte de América del Sur.
Por el otro lado, Nicaragua, pequeño país empobrecido sediento de inversiones extranjeras, con autoridades sin prestigio Internacional, con hemorragias de población desde hace años hacia Estados Unidos y Costa Rica en busca de empleo, ademas con una relación cada vez mas difícil con los Estados Unidos, necesita encontrar vías de pleno empleo que le permita garantizar su existencia y continuidad así como encontrar apoyo para su incipiente desarrollo turístico
Es ademas visible que ya tenemos en Nicaragua desde hace poco tiempo una fuerte presencia bancaria Colombiana y de Energía, que se han instalado por afinidades políticas o económicas a pesar del enfriamiento de la relaciones diplomáticas bilaterales, de manera que si se realiza un acuerdo entre ambos gobiernos para establecer una zona de libre comercio o un polo de desarrollo, para los enclaves Colombianos y las Regiones Sur y Norte del Caribe Nicaragüense, sera algo complementario a lo ya existente en suelo Nacional.
Los momento políticos de diferencias ya han pasado, los acuerdos politicos de la Habana para la normalizacion de la guerrilla Colombiana FARC, la Sentencia de La Haya que nos hace vecinos inmediatos, la supresión del Impuesto Patriotico y la fluida proxima y ágil relación con el Gobierno de Bogota, puede llevarnos a la feliz conclusión de un acuerdo que permita a los colombianos ampliar su inversión y empleo Colombiano al Caribe y a los Nicaraguenses el empleo para las zonas Caribes y la repatriacion de nuesta poblacion volante industrial, agricola y turistica mal tratada en Costa Rica, asi como realizar nuevos y urgentes acuerdos estratégicos de interés común.
La pelota esta en la cancha de los Gobiernos de Colombia y Nicaragua y en probar su verdadera preocupación por sus propios pueblos, por encima de ideologías y delirios de grandeza, pero para los Nicaraguenses, la expectativa del empleo, detener la continua desunión de nuestras familias y darle solución a nuestra deprimida economía nacional y familiar sigue siendo la tercera frontera una verdadera tentación.
