En un dramático giro de acontecimientos, Nicaragua se encuentra inmersa en un octubre de represión religiosa, donde el régimen de Daniel Ortega ha desatado una persecución contra la Iglesia Católica y otras denominaciones religiosas. Activistas de derechos humanos, académicos y estudiantes de la Universidad Internacional de la Florida (FIU) se han unido en denuncia.
Martha Patricia Molina, una investigadora comprometida, ha señalado que ninguna religión escapa de las garras del sandinismo, que busca erradicar la fe para imponer su doctrina. Esta persecución viola flagrantemente la Constitución Política de Nicaragua y tratados internacionales de derechos humanos.


Marcos Carmona, miembro de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), afirma que Nicaragua se ha convertido en un país represivo que atenta contra la libertad religiosa, afectando a obispos, sacerdotes y feligreses, incluso prohibiendo procesiones religiosas.
La Sociedad Internacional por los Derechos Humanos (ISHR) hace un llamado urgente a la comunidad internacional para respaldar la nominación de Monseñor Rolando Álvarez y Monseñor Silvio Báez al Premio Nobel de la Paz 2024, en reconocimiento a su valiente resistencia en defensa de la fe y la paz.
Carmona y Molina destacan el papel mediador de la Iglesia durante el conflicto social de 2018, que evitó una mayor pérdida de vidas en Nicaragua.
Sin embargo, octubre se ha convertido en un mes especialmente oscuro. La dictadura de Ortega-Murillo ha encarcelado a 12 sacerdotes, incluido un obispo, Monseñor Rolando Álvarez, condenado a 26 años de prisión. La prohibición de procesiones religiosas en Semana Santa y la congelación de cuentas bancarias de diócesis agravan aún más la situación.
La persecución continúa, con seis sacerdotes detenidos en los primeros nueve días de octubre, incluyendo a Julio Ricardo Norori e Iván Centeno. La sociedad civil y organizaciones de derechos humanos como Nicaragua Lucha y Nicaragua Nunca+ han denunciado estos ataques.
El profesor Tony Pereira de la FIU subraya la importancia de la academia en asuntos sociales y la formación crítica de los jóvenes. El exiliado político Yubrank Suazo insta a las organizaciones defensoras de derechos humanos a seguir visibilizando la persecución que enfrenta la Iglesia nicaragüense.
Según la investigación de Martha Molina, se han registrado 667 ataques contra la Iglesia Católica y 70 contra la Iglesia cristiana evangélica como parte de la creciente represión del régimen de Ortega en Nicaragua. En medio de esta crisis, las voces unidas claman por la defensa de la libertad religiosa y los derechos humanos en el país centroamericano. #VocesUnidas.