La frontera sur de México, que limita con Guatemala, se encuentra actualmente sin reforzamiento de seguridad y permite la entrada de miles de migrantes que buscan internarse en territorio mexicano para posteriormente continuar su camino hacia los Estados Unidos. Muchos de estos migrantes proceden de Centro y Suramérica y cruzan el río Suchiate en balsas hechas con llantas de tractor y madera.
A pesar de que las autoridades mexicanas realizan algunos patrullajes en la zona, no se llevan a cabo revisiones de documentos ni se detiene a los migrantes que intentan ingresar de manera irregular. Por otro lado, algunos migrantes denuncian que durante su camino, la Policía mexicana los dejó sin dinero, lo que ha generado una gran preocupación entre ellos.
Entre los migrantes que llegan a la frontera sur de México se encuentran personas de diferentes nacionalidades, incluyendo a migrantes de Ecuador, Venezuela, Honduras y El Salvador, entre otros. Su principal objetivo es llegar a los Estados Unidos, donde esperan encontrar mejores condiciones de vida para ellos y sus familias.
A pesar de esto, muchos de estos migrantes también se encuentran con dificultades en el camino. Algunos, como Jaqueline de Honduras, han decidido quedarse en Guatemala debido a que el viaje a los Estados Unidos es complicado y costoso. Otros, como Jorge Matalí, esperan poder llegar a la frontera norte de México para cruzar a los Estados Unidos y pedir asilo de manera legal.
Este flujo migratorio se da en medio del final del Título 42, que restringía el acceso a los Estados Unidos por motivos de la pandemia. A pesar de que volvió el Título 8, norma que históricamente ha regido la migración entre ambas naciones, la presencia de miles de migrantes en la frontera común sigue siendo un desafío para las autoridades mexicanas y estadounidenses.
El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, ha aclarado recientemente que México no tiene la capacidad para atender a más de 1.000 migrantes al día deportados de los Estados Unidos y que tampoco tiene la voluntad de aceptarlos. Aunque la situación es compleja, lo cierto es que la frontera sur de México sigue abierta al paso de migrantes que buscan un futuro mejor.