El sacerdote Manuel Salvador García Rodríguez, de 57 años y párroco de la iglesia Jesús de Nazareno, de Nandaime, fue condenado por la justicia orteguista a dos años de cárcel y 200 días multa, por el supuesto delito de “amenaza con arma” contra cinco personas y le deja causa abierta por supuesta violencia de género, mientras que la supuesta víctima de agresión física fue encarcelada por negarse a declarar contra el religioso.
El sacerdote católico fue arrestado el pasado primero de junio, acusado de violencia de género al supuestamente haber agredido físicamente a la señora Martha Candelaria Rivas Hernández, el 30 de mayo, sin embargo, la supuesta víctima se negó a formalizar denuncia y por el contrario afirmó que el golpe que recibió fue un accidente por lo que «no se sentía Ofendida»
Esa declaración de Rivas Hernández le valió estar siendo acusada ahora de falso testimonio y estar encerrada en las cárceles de la dictadura.
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En un primer momento, el Ministerio Público acusó al padre García Rodríguez por presunta violencia en contra de Rivas Hernández. Sin embargo, durante la audiencia de intercambio de pruebas, la «víctima» reiteró que nunca interpuso denuncia y que lo ocurrido fue accidental, por lo cual la fiscalía la pasó de víctima a acusada por el delito de “falso testimonio”.

El miércoles 22 de junio, en un “juicio exprés” y sin hacerlo público, el juez Local Único de Nandaime, Jaime Aguilar, dictó dos años de prisión contra el religioso por el supuesto delito de «amenaza con arma».
Al verse desprovisto de la denuncia de la supuesta víctima de violencia de género, la justicia de la dictadura, echó mano de una denuncia interpuesta por fanáticos orteguistas que aseguran que el pasado 30 de mayo de 2022 el padre García tomó un machete para amenazar a un grupo de jóvenes asediaban la casa cural y le gritaban ofensas y provocaciones. El Sacerdote nunca salió del recinto amurallado del edificio religioso.
Las supuestas víctimas que figuran denunciando al sacerdote son: Derek Santiago Rueda, Manuel Alfredo López Torrez, Kevin José Espinoza Rueda, Lester Javier Chavarría Miranda y Cristian David Torrez Romero.
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Esas supuestas víctimas de amenazas fueron las que se grabaron al momento que sacerdote, portando un machete, en el atrio del templo contestaba los insultos de los jóvenes que lo retaban a los golpes, lo amenazaban con apedrearlo, y le gritaban «asesino», «payaso», “padre de mentira» entre otras provocaciones.
De acuerdo con la sentencia emitida por el judicial de la dictadura, el padre García cumplirá condena hasta el 3 de junio del año 2024 y deberá permanecer en el Centro Penitenciario de Granada.
No obstante, de acuerdo con el Código Procesal Penal (CPP) de Nicaragua, por ser la condena menor de cinco años podría optar al beneficio de “Suspensión de ejecución de la pena” para cumplirla en su casa.
ORIGEN DEL PROBLEMA
Inicialmente, en la acusación formulada por la abogada Cristhian Katiela Huete Zeledón, en representación de Rivas Hernández como ofendida, tomando como referencia lo dicho a través de medios oficialistas, afirma que el sacerdote la golpeó en su pómulo derecho con un candado.
Según su relato, el pasado 30 de mayo, Día de la Madre Nicaragüense, ella acudió junto a sus dos menores hijos a la parroquia de Nandaime a visitar al sacerdote, a quien conoció dos años antes, según dijo, en el municipio vecino de Diriá.
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«Como voy detrás (del religioso), entonces él pensó que el candado lo había dejado en la argollita (cerradura del portón). Como iba detrás y estaba algo oscuro, él dice: ¡deay! ¿A eso venís a visitarme, a reclamarme (por el mensaje)?, en eso hizo así (levanta la mano) y fue cuando me dio con la mano izquierda donde llevaba el candado y fue cuando me reventó ahí», en el pómulo derecho, sostuvo la supuesta víctima que afirmó siempre que todo fue un accidente.