Por Emiliano Chamorro Mendieta
Las elecciones generales en Nicaragua se acercan. Están prevista realizarse en noviembre próximo, y hasta ahora el régimen de Daniel Ortega no muestra voluntad de efectuar reformas electorales para que los comicios sean justos, libres y transparentes. Todo parece indicar que el Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, pretende perpetuarse más períodos en el poder.
El problema de fondo es que los nicaragüenses se verán obligados a cohabitar con este partido político y es de suponer que aquellos que demandan justicia no la alcanzarán.
Sin embargo, Harold Rocha, asesor demócrata en Estados Unidos, experto en derecho internacional, explicó a Portavoz Ciudadano que «en teoría el proceso político es muy aparte del proceso de justicia» y en cualquier país del mundo todo funcionario y ciudadano debe «rendir cuentas», independientemente sea, o no, del partido de gobierno.
El funcionario estadounidense dice que los procesos de justicia ahora «tienen lugar en el extranjero y no solo a nivel nacional», por el hecho de que es imposible para las víctimas obtener justicia en su propio país.

«La justicia a veces es lenta, pero llega», alega Rocha, explicando que el régimen de Ortega hace mal si quiere apostar por una amnistía internacional, por que solo tienen valor político y no jurídico, a como las ha aplicado su administración Nicaragua de forma obligatoria para liberar a presos políticos, los cuales estaban encarcelados injustamente.
Además, Ortega y su gobierno ha sido señalado de cometer delitos de lesa humanidad, y para ello no hay amnistía que valga, agregó el asesor demócrata en Estado Unidos.

Rocha concluyó que la «cohabitación» con un partido como el FSLN no es idóneo.