El G7 se reúne en Hiroshima con el objetivo de abordar los desafíos geopolíticos actuales y fortalecer la unidad frente a Rusia y China. La cumbre, presidida por el primer ministro japonés Fumio Kishida, busca marcar un punto de inflexión para la paz y la seguridad mundial.
En un contexto marcado por las tensiones en Ucrania y la amenaza nuclear de Corea del Norte, Kishida ha enfatizado la importancia de reflexionar sobre el peligro nuclear y la necesidad de mantener el orden internacional basado en el estado de derecho. El líder japonés advierte que si no se toman medidas, la situación en Ucrania podría expandirse y convertirse en un conflicto similar en Asia.
El G7 aborda dos temas principales en su agenda. En primer lugar, se busca presionar a Rusia por su invasión en Ucrania. Las discusiones se centran en apoyar a Ucrania en su contraofensiva y aumentar el apoyo político y militar para recuperar las tierras ocupadas por Rusia. El segundo punto prioritario es establecer un frente unido frente al creciente poderío militar de China, su amenaza a Taiwan y la dependencia de las cadenas de suministro atadas al gigante asiático.
Es crucial que el G7, liderado por Japón, confirme su compromiso condenando cualquier intento unilateral de cambiar el statu quo por la fuerza o la coerción en cualquier parte del mundo. Se espera que la declaración conjunta emitida al final de la cumbre aborde tanto la situación en Ucrania como las preocupaciones relacionadas con China, incluyendo la coerción económica.
Sin embargo, la postura de los líderes europeos en relación a China aún no está clara. Mientras Estados Unidos y Japón presionan por una línea más dura, algunos líderes europeos debaten cómo recalibrar la política de la Unión Europea hacia el gigante asiático. La cumbre será una prueba para determinar hasta qué punto las democracias líderes pueden llegar a un acuerdo sobre un enfoque común hacia China.
En el Memorial de Hiroshima, los manifestantes han expresado su descontento con el G7, alegando que busca establecer una alianza militar exclusiva de países ricos y someter a otras naciones a seguir sus reglas. Estas protestas reflejan el discurso de Pekín, que ha criticado la cumbre como un intento de promover una hegemonía occidental. Sin embargo, la cumbre se centra en abordar los desafíos geopolíticos y buscar soluciones para mantener la paz y la estabilidad en un mundo cada vez más complejo.
La cumbre del G7 en Hiroshima representa una oportunidad para que las democracias líderes del mundo demuestren su determinación de enfrentar los desafíos actuales y fortalecer la cooperación internacional. La presión sobre Rusia y el debate sobre China serán temas clave en las discusiones, mientras se busca encontrar un equilibrio entre la estabilidad global y el respeto mutuo entre las naciones.