A mediados del mes de enero la excarcelada política, Tania Muñoz decidió instalar en su casa un pequeño taller de tortillas como una alternativa para obtener ingresos económicos y solventar los gastos de su hogar donde habita junto a sus cuatro hijos.
Antes de abril del 2018, Tanía trabajó por más de 20 años como asistente del hogar en varios hogares de la ciudad capital, pero al mantener en sus redes sociales una campaña constante a favor de la libertad de los presos políticos, su último jefe temía que la Policía Nacional llegara a su casa a asediarla.
“A inicio del año 2022 subí en mi cuenta de Facebook un vídeo exigiendo la libertad de mis hermanos presos políticos, las personas del hogar donde trabajaba temían que la Policía llegara a buscarme y para no ocasionarles problemas decidí renunciar y venirme a Niquinohomo a instalar este pequeño negocio”, relata la excarcelada política.
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Tania estuvo cerca de un año en el Sistema Penitenciario la Esperanza junto a su hermana Olesia Muñoz, ambas acusadas de los supuestos delitos de actos de “terrorismo” por participar en las protestas cívicas de abril del 2018 en el pueblo de Niquinohomo.
“Yo decidí quedarme en mi pueblo Niquinohomo y comprendo el exilio que tomaron nuestros hermanos encarcelados políticos, ante el constante asedio policial, espero seguir luchando junto a mi familia, para mantenernos unidos y tengo la fe que algún día esta situación de Nicaragua tendrá que cambiar”, expresa Muñoz.
Desde que salió de la cárcel, en mayo del 2019, mantiene una bandera de Nicaragua en la entrada de su hogar y un altar a la Virgen, donde asegura que realiza sus plegarias pidiendo se logre la libertad de los más de 170 presos políticos.
Espera abrir las puertas de su comedor en esta Semana Santa
Para Tania no ha sido nada fácil volver a la cotidianidad de su vida. Ya nada es como antes y muchos la señalan por haber protestado en contra del régimen Ortega – Murillo.
El negocio de las tortillas es su punto de fuerza para seguir adelante. También vende frijoles cocidos y se muestra agradecida porque muchos de los habitantes de Niquinohomo llegan a comprarlos a su venta. Sus ganancias no son muchas, pero al menos garantiza los alimentos de su familia, quienes la ayudan desde temprano en la preparación de la masa y en la distribución de las tortillas.
Con los pocos ingresos que obtiene de su venta de tortillas y frijoles cocidos, Tania realiza un gran esfuerzo para ahorrar y previo a la Semana Santa tiene proyectado abrir nuevamente su comedor, para ofrecer a su clientela platillos de pescado frito, sopa de mondongo, sopa de res y la tradicional sopa de queso con rosquilla que espera ofertar desde el Miércoles de Ceniza.
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“A mediados del 2019 instalé mi comedor. Venían varias personas de Managua a degustar mis sopas, como una manera de colaborar conmigo, pero una vez que salían del local la patrulla los seguía para pedirles la documentación del vehículo y preguntarles qué hacían en mi casa, por temor se alejaron y me vi obligada a cerrar el negocio”, detalló Muñoz.
Esta esforzada mujer también vendía frutas y pan en el mercado de Granada, pero sufrió acoso de algunos comerciantes, quienes la identificaron por su lucha a favor de la democracia y para evitarse problemas decidió no seguir visitando este local.
“Espero que mis hermanos me apoyen viniendo a comprarme la comida que voy a preparar con la ayuda de mis hijos, todos los que han degustado mi sazón saben de la calidad de mis sopas, conocemos que la situación económica del país está difícil, pero con la ayuda de Dios debemos seguir luchando”, expresó con esperanza Tania Muñoz.