Nicaragua se encuentra sumida en la incertidumbre tras las especulaciones sobre la posible liberación del obispo Rolando Álvarez, quien fue condenado a 26 años de prisión por el gobierno de Daniel Ortega. Medios críticos con el régimen orteguista han levantado sospechas sobre la situación del obispo, aunque su paradero aún es desconocido.
La activista nicaragüense de derechos humanos, Bianca Jagger, ha afirmado poseer información de que el obispo Álvarez habría sido sacado de la cárcel La Modelo y podría ser enviado pronto a Roma. No obstante, hasta el momento, no se ha confirmado dónde se encuentra actualmente el obispo crítico del gobierno.
Estas especulaciones también fueron respaldadas por el ex preso político y opositor Félix Maradiaga, quien citó a “fuentes creíbles y bien informadas”. Maradiaga afirmó que Álvarez ya no se encuentra en el centro de detención La Modelo y podría ser enviado fuera de Nicaragua en las próximas horas, según publicó en sus redes sociales.
El periodista Emiliano Chamorro también aportó información sobre la salida del obispo Álvarez de La Modelo, señalando que su destino era desconocido. Ante estas noticias, Maradiaga instó a la comunidad internacional, a los responsables de la Iglesia católica y a los organismos de derechos humanos a estar atentos a esta situación.
La Iglesia nicaragüense, organizaciones no gubernamentales y medios independientes han criticado de manera reiterada y contundente las violaciones de derechos humanos perpetradas por el gobierno de Ortega en los últimos años. Además, se ha prohibido la actividad de casi 4.000 ONG en el país. En este contexto, el gobierno de la pareja presidencial de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha clausurado instituciones eclesiásticas y universidades, al mismo tiempo que ha reprimido a representantes de la Iglesia.
Recientemente, más de 200 presos políticos, incluyendo sacerdotes católicos, fueron deportados y trasladados a Estados Unidos. Sin embargo, no se vislumbra un horizonte conciliador que ponga fin a las divisiones políticas internas en Nicaragua, las cuales han cobrado cientos de vidas en disturbios pasados. El gobierno de Ortega desestima las acusaciones y las califica como parte de una campaña política.
Ante esta situación, la comunidad internacional, las instituciones eclesiásticas y los defensores de los derechos humanos se encuentran alerta, a la espera de más información sobre el paradero y la situación del obispo Rolando Álvarez.