Escrito por: Esler Sobalvarro
El mundo está sufriendo enormemente, y esta situación no se debe exclusivamente a la violencia perpetrada por personas malintencionadas. Según palabras del célebre general Napoleón, el silencio de los valientes es una de las causas principales de este dolor.
Estas palabras, que han trascendido a lo largo del tiempo, siguen siendo relevantes en la actualidad. Hoy en día, vemos cómo muchas personas prefieren guardar silencio ante la injusticia, la discriminación y la violencia, por miedo a las consecuencias que puedan derivarse de sus acciones. Sin embargo, este silencio solo contribuye a perpetuar estos males y a aumentar el sufrimiento de quienes son víctimas de ellos.
Es cierto que puede resultar difícil alzar la voz ante situaciones de injusticia o violencia, especialmente cuando se trata de situaciones de gran magnitud. Pero es importante tener en cuenta que cada uno de nosotros tiene el poder de marcar la diferencia, de contribuir a crear un mundo más justo y equitativo.
Debemos recordar que el silencio no solo afecta a las víctimas de la injusticia y la violencia, sino que también nos afecta a nosotros mismos. Cuando guardamos silencio ante situaciones que sabemos que están mal, estamos renunciando a nuestros valores y a nuestra integridad. Además, el silencio puede hacernos sentir impotentes y desesperanzados, al hacernos creer que no podemos hacer nada para cambiar las cosas.
Por ello, es fundamental que cada uno de nosotros haga lo que esté en su mano para combatir la injusticia y la violencia en todas sus formas. Puede que no podamos cambiar el mundo de la noche a la mañana, pero podemos empezar por nuestro entorno más cercano, y hacer que nuestra voz se oiga en favor de los derechos humanos y la justicia.
En definitiva, el silencio de los valientes es una carga que no podemos permitirnos seguir soportando. Es hora de alzar la voz y hacer que nuestras palabras y acciones contribuyan a crear un mundo mejor para todos.