Escrito por: Félix Maradiaga
Como nicaragüense que conoce de primera mano la lucha cívica por la democracia en mi propio país, no puedo evitar sentir una admiración hacia el espíritu inquebrantable de los cubanos que abogan por la libertad de su isla, tanto desde adentro como desde el exilio. Hoy es el Día de la Independencia de Cuba. Este día representa no solo la liberación de Cuba del dominio colonial español hace 121 años, sino también la lucha continua por la libertad y la democracia en esa maravillosa nación caribeña.
Durante demasiado tiempo, al pueblo de Cuba se le han negado derechos humanos básicos y libertades por parte de un régimen comunista represivo que busca mantener su poder a toda costa. El régimen actual ha oprimido sistemáticamente a los disidentes políticos, ha restringido el acceso a la información y a internet, y ha suprimido la libertad de expresión.
Hoy en día, hay cerca de 1400 presos políticos en Cuba. Uno de los ciudadanos detenidos arbitrariamente fue Lázara Karenia González Fernández, encarcelada el 11 de julio de 2021 simplemente por participar en manifestaciones pacíficas. En el momento de su arresto, ella estaba embarazada de doce semanas. Inicialmente, fue condenada a tres años y seis meses de prisión. Permaneció bajo arresto domiciliario hasta que dio a luz, y ahora está siendo detenida nuevamente en la penitenciaría de Bellotex. Se le acusa de «desorden público, desacato y agresión».
Me gustaría expresar mi gratitud a la Asamblea de Resistencia Cubana por brindarme la oportunidad de anunciar el lanzamiento de una campaña humanitaria para la liberación de Lázara. Esta iniciativa forma parte del programa «Adopta un Preso Político del Mundo» del Instituto Casla. Como nicaragüense y ex preso político, comprendo íntimamente la indignación y el dolor causados por el encarcelamiento arbitrario. El régimen tiránico y criminal en Cuba ha perfeccionado este método de tortura, que también se emplea en Nicaragua, Venezuela y varias partes del mundo.
Durante varios años, he enfatizado que las tiranías en Nicaragua y Cuba son dictaduras interconectadas. Estos regímenes aprenden de las tácticas de los demás, se ayudan mutuamente y brindan apoyo recíproco. En consecuencia, los defensores de los derechos humanos y los luchadores por la libertad deben unirse para enfrentar estas dictaduras por lo que realmente son: estructuras criminales organizadas. Recientemente, durante las actividades de la Cumbre de Ginebra, hice un llamado a la comunidad internacional para establecer un nuevo tratado internacional centrado en los arrestos arbitrarios y el uso del encarcelamiento como arma política.
Creo que, a través de la formación de una sólida red de solidaridad democrática, podemos promover y asegurar de manera efectiva el futuro de la libertad en naciones oprimidas. Esta visión se extiende a países como Nicaragua, Cuba y Venezuela, donde las personas anhelan la liberación. Sin embargo, el desafío de luchar por la libertad se extiende más allá de nuestro continente.
Entre la intrincada red de regímenes opresivos, Cuba se destaca como un ejemplo prominente, representando el epítome de las tiranías. Sin embargo, la amenaza global más grave para las libertades individuales proviene de China, que sin pudor brinda ayuda y financiamiento a autocracias en todo el mundo. En asociación con Rusia e Irán, China está construyendo un bloque que representa un riesgo significativo para el mundo libre y socava los valores fundamentales sobre los cuales prospera la democracia occidental. Por lo tanto, es de suma importancia demostrar una solidaridad inquebrantable con Taiwán y dedicar todos nuestros esfuerzos para apoyar su causa, así como trabajar activamente para liberar al pueblo cubano, que actualmente está secuestrado bajo la opresiva dictadura de Díaz-Canel.
En esta celebración del triunfo del valiente pueblo de Cuba en la guerra de independencia hace 121 años, Ucrania ocupa un lugar privilegiado en nuestros corazones. El valiente pueblo de Ucrania está impartiendo una lección de dignidad a todo el mundo. La lucha de Ucrania no solo concierne a los intereses territoriales de la nación, sino que también configura la respuesta de Europa a las aspiraciones expansionistas de Rusia y determina el futuro del mundo libre.
Nota: Este artículo fue traducido al español del idioma inglés texto original, acá el link
