El ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Gerhard Müller, ha acusado al Papa Francisco de nombrar amigos en lugar de personas con experiencia teológica y pastoral. En una entrevista con La Croix, Müller afirmó que el Papa debería centrarse más en la dimensión trascendental de la existencia humana y dejar de nombrar amigos para aconsejarlo.
El cardenal Müller se defendió de las acusaciones de ser un adversario de Francisco y, en su lugar, pidió una nueva encíclica sobre moralidad. Sugirió que esto ayudaría a integrar los avances modernos en medicina y comunicación con fuertes principios morales.
Mientras elogiaba a Francisco como predicador que utiliza un lenguaje sencillo para llegar a las masas, Müller argumentó que el amor al prójimo se basa en el amor a Dios, y por lo tanto, la dimensión de la trascendencia y el recuerdo de la dimensión sobrenatural de la existencia humana deberían estar presentes en el discurso del Papa.
Müller enfatizó la importancia de buenos asesores para el Papa, afirmando que no debería rodearse solo de amigos que aprueben todo lo que hace a cambio de una recompensa. En su lugar, el cardenal argumentó que el Papa necesita asesores con competencia teológica y pastoral para ayudar en la toma de decisiones.
Además, Müller criticó el nombramiento de asesores según opiniones personales en lugar de competencia teológica y pastoral, afirmando que esta es la crítica que se escucha en todas partes.
Los comentarios de Müller llegan cuando el Papa marca 10 años en su papel como líder de la Iglesia Católica. Mientras elogiaba el enfoque de Francisco en cuestiones como la ecología, el clima y la migración, Müller enfatizó la importancia de proclamar a Jesucristo en un mundo moderno que es poscristiano y anticristiano.
En conclusión, el cardenal Müller pidió una nueva gran encíclica que desarrolle una fuerte visión moral e integre los avances modernos mientras humaniza los medios tecnológicos. Destacó que la tecnología está destinada al hombre y no al revés.
Este artículo destaca la importancia de los asesores con experiencia teológica y pastoral y la necesidad de que la Iglesia Católica integre avances modernos con fuertes principios morales. También plantea preguntas sobre el proceso de nombramiento del Papa y el papel de las opiniones personales en la toma de decisiones.
