Winston Caldera es un joven de 21 años que aprovechó la jornada de vacunación con Sputnik Light, pese a la poca información suministrada sobre este suero de origen ruso. Caldera es músico y toca el saxofón, por lo que debe retirar siempre su mascarilla para ejecutar su instrumento de trabajo, así que decidió arriesgarse.
A diferencia de las otras jornadas donde se aplicaba la AstraZeneca a personas mayores de 30 años, en las que la demanda sobrepasó las capacidades de los centros de vacunación que se encontraban saturados de personas esperando su turno, a Caldera le llamó la atención la poca asistencia para recibir el inmunizante ruso Sputnik Light.
El joven está consciente que hay poca información sobre la vacuna rusa, pero admite que no tiene muchas opciones y que su interés principal es protegerse del virus. “Pongámonos en los zapatos del pobre, no en el de los ricos, el rico puede viajar a Costa Rica, Estados Unidos, Honduras, El Salvador”, pero tenemos que adaptarnos a lo que venga¨, dijo con resignación.
En su página oficial, el orteguista Ministerio de Salud describe la Sputnik Light como “una versión monodosis de la vacuna basada en el adenovirus humano Sputnik V, que requiere la administración de dos dosis con un intervalo de 21 días para la inmunización completa. El fármaco tiene una efectividad del 79,4% desde el día 28 después de su aplicación, según sus creadores”.

Una familia golpeada por el COVID19
Winston Caldera cuenta como la pandemia ha afectado a su familia con la muerte de su abuelo materno, así como un hermano y una prima de su papá. Lamenta que sus familiares no hayan tenido la oportunidad de vacunarse para protegerse ante el virus.
Esta semana la jornada de vacunación en el departamento de Boaco, al igual que el resto del país, fue más amplia que en ocasiones anteriores, porque se habilitaron puestos de vacunación en las comunidades rurales.
Según reportes de estas comunidades, las personas acudían en buen número a los lugares indicados. Además de la vacuna Sputnik Light, las autoridades de salud están administrando la vacuna Abdala y Soberana 02, desarrolladas por Cuba, de acuerdo con la estatal BioCubaFarma y pese a lo poco se conoce del inoculante, las personas asisten con sus niños y niñas para que reciban la inmunización. Un padre de familia que prefirió omitir su nombre, dijo que no había podido vacunar a su hija porque las dosis se habían agotado, pese al esfuerzo de asistir dos días seguidos al puesto de salud.
La vacunación no es un regalo es una obligación del Estado
Winston Caldera se mostraba agradecido por la oportunidad que había tenido de vacunarse, señalando que es una responsabilidad de la ciudadanía asistir a los puestos de salud para inmunizarse y agrega que el esfuerzo estatal es una obligación para cualquier presidente.