El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, destituyó el domingo al ministro de Defensa, Yoav Galant, después de que éste pidiera públicamente la congelación de la polémica propuesta de cambios judiciales en la Knésset. La destitución ha desatado masivas y espontáneas protestas en todo el país, así como una huelga general inédita anunciada con el apoyo del mundo empresarial.
La reforma judicial, que pretende debilitar el Tribunal Supremo, ha generado una gran fractura interna que penetra en el Ejército y supone, en palabras de Galant, «un peligro real, claro y tangible a la seguridad nacional». La iniciativa ha provocado la ira y el hastío de los ciudadanos, así como la reacción del presidente de Israel, Isaac Herzog, que ha pedido a Netanyahu que detenga su controversial reforma judicial.
La misión del primer ministro es frenar la iniciativa de leyes, no desecharla, sin que su Gobierno colapse. El temor de Netanyahu es que Galant vote en contra de la ley que da mayoría al Gobierno en la comisión de selección de jueces prevista en los próximos días. Se trata de la única ley del amplio proyecto anunciado en enero por el ministro de Justicia, Yariv Levin, prevista para su aprobación en la Knésset antes del receso parlamentario a principios de abril. El resto fue aplazado por Netanyahu al mes de mayo en una medida tomada ante la división interna y las masivas manifestaciones.
Varios ministros del Likud han mostrado su apoyo a la petición de Galant, respaldada por la inmensa mayoría de analistas, para que se congele la iniciativa. Por contra, varios diputados del sector más radical de la coalición piden a Netanyahu «no ceder ante la anarquía y las élites seguir la legislación que corrige el desequilibrio entre el poder judicial y el ejecutivo».
La reacción del Gobierno ante la destitución del ministro de Defensa ha sido inesperada y ha generado una gran incertidumbre en el país. Todo indica que Netanyahu anunciará en las próximas horas, a expensas de una sorpresa de última hora, la congelación de la iniciativa que pretendía debilitar el Tribunal Supremo. Es posible que anule la polémica destitución de su ministro de Defensa que forma parte de su partido.
La situación en Israel es crítica y se espera que en los próximos días se produzcan más protestas y reacciones por parte de la sociedad civil y del mundo empresarial. La reforma judicial es un tema delicado que divide al país y que podría tener graves consecuencias si no se toman las medidas necesarias para solucionarlo de forma pacífica y consensuada.